Los recortes aplicados por la Generalitat en la sanidad pública catalana han reabierto la batalla para esclarecer qué Administración debe hacerse cargo de la factura sanitaria de los pacientes de la Franja aragonesa. Alcaldes de varios municipios de Aragón situados en comarcas fronterizas con Cataluña —la
Ribagorza, la Litera y el Bajo Cinca— acusaron ayer al Departamento de Salud de negarse a prestar asistencia sanitaria no urgente a los aragoneses a raíz de que la Generalitat aplicara la oleada de ajustes del pasado verano. “Cataluña debe atender a la población fronteriza de ambas comunidades”, protestó el presidente de la Litera, Antonio Fondevila. Salud, por su parte, negó que haya cambiado la atención a aragoneses que ofrece principalmente el hospital leridano Arnau de Vilanova, además de otros centros de esta provincia. Cerca de unas 2.500 altas hospitalarias del Arnau de Vilanova, alrededor del 10%, corresponden a usuarios de Aragón porque el hospital público aragonés más cercano les queda más lejos que el centro leridano. En 2005, Cataluña y Aragón firmaron un convenio mediante el cual se facilitaba el acceso a la atención sanitaria a los pacientes de las zonas limítrofes entre ambas comunidades, pero el documento no hace referencia al coste económico de estos enfermos. La circunstancia provoca una disputa continua por los gastos que generan estos pacientes, disputa que se ha acrecentado por la crisis, denuncian los alcaldes aragoneses. Salud rechaza las quejas “La Generalitat podría estar incumpliendo los convenios suscritos con el Gobierno de Aragón”, advirtió Fondevila debido a las quejas de los pacientes aragoneses. Estos señalan que los médicos que les atienden en Cataluña les están derivando a centros aragoneses para tratamientos que hasta antes del verano se realizaban sin problemas en territorio catalán. “Se atiende a los pacientes igual que siempre. No ha habido ninguna orden a los médicos para que cambien de criterio”, defendió un responsable del Departamento de Salud de la región sanitaria de Lleida, que admitió la existencia de roces continuos por la situación actual. “No estaría mal que ambos Gobiernos se pusieran de acuerdo después de tantos años sobre cómo financiar los pacientes transfronterizos