Enciclopedias catalanas tergiversan la historia y se apropian del Aragón oriental.

Los libros están en bibliotecas de universidades públicas de la región vecina e incluyen en los ‘Països Catalans’ la Ribagorza, La Litera, el Matarraña, Caspe y el Bajo Cinca.


El nacionalismo catalán menos riguroso vuelve a apropiarse de comarcas aragonesas enteras, de sus montañas más emblemáticas y modifica el nombre de la Corona de Aragón por el consabido neologismo ‘Corona Catalanoaragonesa’. Estas manipulaciones históricas y alteraciones geográficas están incluidas en cuatro enciclopedias editadas en catalán, disponibles en bibliotecas de facultades de Historia y Filología de universidades públicas de la Comunidad vecina. Se trata de la ‘Gran Enciclopèdia de Catalunya’ (GAC), la ‘Gran Enciclopèdia Comarcal’, el ‘Larousse Catalá’ y el ‘Salvat Catalá’. Estos recursos bibliográficos se catalogan en epígrafes que llevan por nombre ‘Països Catalans’ y ‘Corona Catalanoaragonesa’.
Entre otras afirmaciones sorprendentes, la GAC, muy difundida en Cataluña, dice que el Aneto es la «cima culminante de los Pirineos, el más alto de los Países Catalanes». Al Aragón oriental lo define como «una loncha de territorio catalán» y atribuye su propiedad aragonesa a que «en la división administrativa de 1822» –jamás vigente–, «esta zona quedó incluida dentro de las provincias de Huesca, Zaragoza y Teruel», y añade que esta parte de Aragón estaba antes dentro de «los límites occidentales del Principado de Cataluña». Es notorio que el límite oriental de Aragón no ha variado desde el siglo XIII.
También se apropia de cinco comarcas aragonesas con sus municipios. Si no todos los mapas que ilustran los textos las absorben por completo, la GAC las describe como territorio de los ‘Països’.
Estas cinco comarcas son la Ribagorza completa, La Litera, el Bajo Aragón-Caspe, el Matarraña y el Bajo Cinca. Sirva un ejemplo: «Ribagorza: región histórica del extremo occidental del Principado de Cataluña muy poco cohesionada y poblada». En cuanto a La Litera o Llitera, se dice que es «una comarca en el límite occidental del Principado de Cataluña, en la región de Lérida», y así sucesivamente hasta completar el mapa administrativo de esa Cataluña medida del nacionalismo anexionista.
Lo que viene a postularse en estas obras de referencia es que el actual territorio de la comunidad catalana es solo una zona (aunque «la más septentrional, extensa y antigua») de unos ‘Països Catalans’ que incluirían las comarcas aragonesas mencionadas, además de Andorra y otros territorios españoles e incluso franceses.
«La incorporación gradual a la administración aragonesa de la franja occidental, más allá del Noguera-Ribagorzana (…), ha reducido administrativamente el Principado de los 41.511 kilómetros cuadrados que tenía anteriormente a los actuales 31.980», añaden.
Según esta sorprendente tesis, municipios como Caspe, Boltaña, Monzón o Fraga pertenecerían a los ‘Països’. Se justifica según interpretaciones tan opuestas a la verdad como que «Ramiro II cedió todos sus dominios a Ramón Berenguer IV. Los barones aragoneses ratificaron esta cesión y le juraron (…) fidelidad feudal como rey. Ramón Berenguer no aceptó este título, que cedió a Petronila (él se tituló príncipe y gobernador de Aragón)», siendo lo cierto que Ramiro se reservó expresa y formalmente el título de «rex», como consta sin duda en la documentación de época que guarda, en Barcelona, el Archivo de la Corona de Aragón.
Denuncia estudiantilEste estado de cosas, ya muy asentado, fue notificado a la Plataforma No Hablamos Catalán (NHC) por estudiantes de Historia de la Universidad de Barcelona. Uno de ellos explica que «cuando en clase sale a relucir el tema de los reyes catalanes o de los Países Catalanes, si alguien se atreve a replicar le tachan de acientífico o, directamente, de anticatalán».
María José Blanc, portavoz de la plataforma, considera que «si los aragoneses no reaccionamos, acabaremos siendo una marioneta en manos del nacionalismo catalán».

Publicat per “Heraldo de Aragon” edicio de Paper el diumenge dia 26 de maig de 2013