Son muy ilustrativas las detalladas estadísticas de lobos capturados en los antiguos Corregimiento y Partido de Girona, así como en el municipio de Lleida, que antaño era mucho más amplio que el actual (1). Se estima la captura de un mínimo de 0’6-0’8 lobos al año por cada 100 kilómetros cuadrados en los periodos 1722-1739 y 1788-1799. Estos valores –que incluyen tanto ejemplares adultos como una gran cantidad de subadultos y lobatos– eran elevados si tenemos en cuenta que la densidad media de lobos adultos en poblaciones saludables actuales se sitúa en torno a los dos individuos por la misma unidad de superficie. Sin embargo, en 1788-1852 el promedio anual ya había descendido a 0’2 lobos en el Partido de Girona. Si nos atenemos únicamente a los adultos, en Cataluña se capturaron anualmente unos 0’1-0’35 lobos durante el siglo XVIII y unos 0’05 entre finales del siglo XVIII y mediados del siglo XIX.
Los lobos estaban bien repartidos y su abundancia era comparable a la de los lugares donde hoy en día son comunes. Pero dejaron de existir en Cataluña durante décadas y la especie cayó en el olvido. Durante este lapso de tiempo el paisaje fue modificado y también cambiaron las actividades en el medio rural. Sorprendentemente, en 2004 se confirmó su reaparición en Cataluña después de que algunos sospecharan su presencia desde el año 2000: teníamos excrementos congelados cuyo análisis arrojó resultado positivo. En el Pirineo francés ya se sabía de su retorno en 1999.
Por Gabriel Lampreave, Jordi Ruiz-Olmo, Jordi García-Petit, Josep María López-Martín, Alain Bataille, Olga Francino, Natalia Sastre y Oscar Ramírez
Mas de Barreda. Espai integral de natura. “Auló de Terra”.