Los 15 pueblos de la zona conocida como la Terreta, en la parte más cercana a Aragón del Pallars Jussà, pertenecen al municipio de Tremp pero están separados de esta ciudad por varias cadenas montañosas y un tramo de 80 kilómetros de carretera en pésimas condiciones. Hasta 1970 estos pueblos se agrupaban en dos municipios independientes, Espluga de Serra y Sapeira, aunque entonces se incorporaron a Tremp.

Los vecinos denuncian que siguen con los mismos servicios que hace 40 años, con lo cual se han propuesto recuperar la independencia. En una consulta, de los 150 vecinos con derecho a voto se pronunciaron 65. De estos, 60 lo hicieron a favor de la segregación y tres en contra. Los dos votos restantes fueron uno en blanco y el otro, nulo.

A partir de ahora los vecinos iniciarán los trámites para segregarse de forma oficial. Primero notificarán el resultado de la consulta a todos los grupos políticos del Ayuntamiento, cuyo alcalde es el delegado de la Generalitat en el Alt Pirineu, Víctor Orrit, y en función de su reacción están dispuestos incluso a recoger firmas y tramitarlo como iniciativa popular en el Parlament.

Sus reivindicaciones están relacionadas tanto con los servicios básicos, por ejemplo la pavimentación de las calles, el alcantarillado o la asistencia médica y la escolarización, como con los trámites burocráticos, ya que para cualquier cosa tienen que ir al ayuntamiento de la capital, que tienen a más de una hora de camino. En este sentido, los vecinos han reclamado en reiteradas ocasiones que el consistorio envíe una delegación para según qué trámites con cierta periodicidad a alguno de los pueblos, aunque no les ha sido concedido. Asimismo, para votar tienen que ir también a Tremp, con lo cual la consulta de ayer fue histórica porque trajo una urna a la Torre de Tamúrcia por primera vez en 40 años.

Otro motivo de enojo para los vecinos de estos pueblos es que pueblos cercanos pero pertenecientes a otras administraciones, como Areny, localidad aragonesa, tienen servicios mucho mejores en todos los aspectos. A nivel de comunicaciones también les compensa independizarse porque quedan mucho más cerca de ejes viarios de l’Alta Ribagorça y la Ribagorza aragonesa, como la N-230. De hecho, ahora algunos jóvenes ya van al instituto al Pont de Suert.