PP y PAR rechazaron todas las enmiendas de la oposición en una crispada comisión marcada por el abandono de la ponencia de PSOE, CHA e IU en respuesta a las declaraciones de la diputada María José Ferrando (PP) que descalificó sus enmiendas. Ayer, esta se ratificó.

La diputada María Herrero (PAR) habla con María José Ferrando y Miguel Ángel Lafuente (PP), ayer.

Los ánimos llegaban caldeados a la sala de comisiones después de que los tres grupos de la oposición –PSOE, CHA e IU– abandonaran hace unas semanas, en un hecho insólito, la ponencia que estudia las enmiendas de la ley de lenguas. Lo hicieron como protesta a unas polémicas declaraciones de la coordinadora, María José Ferrando (PP), que acusó a estos partidos de querer «inundar las administraciones de pinganillos» con sus propuestas. Ayer, lejos de calmar las tensiones, Ferrando no dio tregua y se ratificó en una bronca comisión en la que PP y PAR aplicaron el rodillo para rechazar todas las enmiendas de la oposición. El presidente Ramón Celma se vio obligado en varias ocasiones a parar la sesión para llamar al orden a sus señorías.
No en vano, la diputada popular no tuvo reparos en subir el tono de sus palabras, lo que crispó aún más la sesión. Primero, acusó a la oposición de tener «una antidemocrática posición» al plantar a PP y PAR en el foro de debate de esta norma. Después, prosiguió: «Nos parece irresponsable que con la que está cayendo, la Comunidad tenga que asumir el despilfarro de algunas de sus caprichosas enmiendas, porque hipotecaría su presupuesto y el de los aragoneses, quienes en su mayoría no perciben problemática lingüística alguna».
Al final, criticó que la oposición intente «imponer a los aragoneses qué deben hablar o cómo se han de sentir» y rechazó que se utilice la lengua «con fines sectarios y partidistas». La popular se escudó en que las Cortes deben legislar «en beneficio de la mayoría» para respaldar la norma impulsada por la DGA y argumentar que el nuevo proyecto de ley pretende «reconocer el derecho de todos los hablantes a utilizar su lengua y modalidad lingüística propia».
El PAR, único aliado
Solo encontró una aliada, la diputada del PAR María Herrero, que justificó que esta norma es «sumamente respetuosa con todos los hablantes y viene a unir, reconocer y proteger el rico patrimonio cultural». Admitió que hay «tres visiones distintas de esta ley» y justificó su posición en contra de que se reconozca el catalán y el aragonés como lenguas propias.
Pero llegó el turno de la oposición y los tres grupos cargaron contra la popular. Mayte Pérez, del PSOE, destacó que sus 74 enmiendas buscan sustituir el texto propuesto por el actual (fue impulsado por el PSOE), que «este gobierno dos años después no ha puesto en marcha». «Es un texto moderado que huye de extremismos y fanatismos», recordó Pérez, que insistió en la voluntariedad, la territorialidad, el respeto a la diversidad como ejes de la actual ley que reconoce el catalán y el aragonés como lenguas propias de Aragón (no su cooficialidad). «Esto es un paripé que no resuelve nada», censuró. Y lamentó «la falta de tolerancia y diálogo» del PP.
La portavoz de CHA, Nieves Ibeas, criticó que la nueva norma obedezca a «criterios ideológicos» y no filológicos y lingüísticos. «Niega la realidad trilingüe y pone en riesgo la supervivencia de las lenguas propias de Aragón y sobre todo, del aragonés», recalcó. Ibeas aseguró que la propuesta de PP y PAR «viola» la Carta Europa de protección de las lenguas minoritarias regionales, «vulnera derechos y expectativas de muchos hablantes que se sienten aragoneses y que se sabe que hablan catalán y aragonés » y «contraviene acuerdos históricos de la Cámara». Respecto a sus enmiendas, destacó que buscan la cooficialidad y garantizar la enseñanza a través de dos academias. Ibeas concluyó censurando la actitud de Ferrando: «No había habido nunca en esta Cámara una coordinadora que se haya atrevido a hacer lo que usted hizo».
El portavoz de IU, Adolfo Barrena, también elevó el tono. Consideró la descalificación de las enmiendas de la oposición como «el mayor insulto al trabajo parlamentario» y criticó que quien deba proteger el debate (en referencia a Ferrando) «ponga a parir el trabajo de la oposición». Recordó que «lo que para el PP es un capricho, es lo que dice el Estatuto» y justificó que sus enmiendas buscan «cumplir el Estatuto y reconocer que Aragón es trilingüe». Barrena avisó de que no permitirá que el PP «crea que esto es un cortijo»
La discrepancia se extendió a la elección de la persona que debía defender el dictamen en el pleno, donde la norma será ratificada. La oposición desairó a la coordinadora, quien habitualmente expone el informe, y votó al presidente de la comisión, Ramón Celma (PP).

Publicat per Heraldo de Aragon edicio de paper dissabte dja 27 d’abril