Los tiempos están cambiando, cantaba Bob Dylan, y también lo hacen en la Val d’Aran. Un territorio, o al menos sus dirigentes, que se había mostrado claramente contrario a la reintroducción y recuperación de la población de osos pardos en el Pirineo, parece haberse hechos suyos a unos animales que han escogido las riquezas naturales del Aran para desarrolar su vida. O al menos eso se desprende de un hecho hasta ahora inédito que está ocurriendo en la Val desde principios de la primavera. Decenas de araneses, la mayoría, y algunos visitantes, los menos, suben cada día a las montañas de la Val donde viven los osos pardos para observarlos en su hábitat natural. Así lo corrobora el naturalista Marc Alonso, para algunos la persona que mejor conoce a estos animales en Catalunya, que habitualmente guía a personas interesadas en observar a los osos pardos a las zonas del Aran donde se les puede avistar. “Este año está ocurriendo algo insólito en el valle, se está viendo a los osos con facilidad y esto es algo que hasta ahora no había ocurrido”, explica Alonso, quien señala que la mayoría de las personas que se acercan a observarlos, “son gente local, muchos cazadores y ganaderos, atraídos por este animal”. La facilidad para ver a los osos, Marc Alonso cuenta que ha observado hasta cinco ejemplares diferentes desde el invierno, tiene para el naturalista aspectos positivos y negativos. “Que la población local pueda observar con facilidad a los osos en su hábitat natural y ver que no suponen un peligro, es una forma de dismitificar la imagen negativa que pueden tener los araneses y hacerse suyos estos animales”, señala Alonso, quien considera que la posibilidad de verlos en la montaña “es la mejor campaña de educación ambiental que se puede realizar”. Por otro lado, el naturalista y experto en fauna Pirenaica teme que la presencia habitual de personas pueda hacer que los osos se comporten con demasiada “familiaridad” con los humanos. “Esto puede ser un problema durante la temporada de caza, porque en el Aran se caza cada día, y podría pasar algún incidente involuntario como el ocurrido el 2008 en Les”, señala Alonso. Es por eso que reclama una mejor gestión del oso por parte de las Administraciones, en este caso del Conselh Generau d’Aran, que es quien tiene las competencias de medio ambiente en la Val. Alonso, que colabora habitualmente con los guardas forestales araneses, lamenta que desde el Conselh aún no se haya puesto en marcha un plan de gestión de los plantígrados. “El oso es la vedette de la naturaleza y en el Aran ocurre un hecho excepcional del que se puede sacar partido, la Val es el único lugar de Europa donde se tiene acceso libre a la observación de los osos”, explica el naturalista catalán, quien no duda en afirmar que, bien gestionado, la figura del oso se podría convertir en un gran generador de riqueza para los habitantes del Aran. En la actualidad se cree que en la Val y en los montañas fronterizas del Ariège y la Alta Garona viven una docena de osos. Podrían ser más, ya que al menos dos osas de la zona salieron de la pasada hibernación con crías. El jueves se observaron tres oseznos de primer año.