Segons informa “Heraldo de Aragon”, aquest any ha estat excepcional. El cap de setmana del 11 i 12 de novembre es van caçar més de 400 javalins. La caça, un negoci que entra amb força a les economies rurals. Casa Domenc d’Areny viu dels caçadors, sinó per ells ja hauria tancat, explica el propietari.
El negoci de la caça mou milions d’Euros. Tot terrenys, escopetes, munició, roba… donen vida a aquesta activitat emergent. Si els futurs d’aquests pobles depèn de integrar aquesta activitat, no sempre entesa, cal trobar altres “espais de negoci” per salvar pobles com Areny que estan condemnats a la desaparició.
Los cazadores más veteranos de Areny de Noguera, en la comarca de La Ribagorza, no recuerdan unas jornadas de cacería como las vividas en dos fines de semana del pasado mes de noviembre. Entre el fin de semana del 11 y 12 y el siguiente se abatieron en el coto de la localidad oscense más de 400 jabalís. En las batidas participaron unos 65 cazadores de todas las edades y ninguno daba crédito a las cifras de capturas.
“Este está siendo un año excepcional. Creo que no veremos algo igual nunca más”, comentó Álex Castell, uno de los responsables del coto de la localidad ribagorzana en el que se dio caza a los cochinos. “Se han dado unas condiciones excepcionales: entre la sequía y que los animales solo tienen comida en cuatro puntos, se han amontonado mucho, y van todos juntos”, afirmó.
El fin de semana del 25 y 26 de noviembre, el número de jabalíes abatidos también fue elevado en este coto pirenaico (56 entre los dos días), pero en cifras nada parecidas a las de jornadas anteriores. Castell quiso recalcar “la importante labor” que desempeñan los cazadores en esta zona de Aragón, “evitando accidentes y daños a la agricultura”, además de la actividad económica que genera la práctica cinegética en el municipio y sus alrededores.
La población de jabalíes no ha dejado de aumentar en los últimos años en Aragón. Esto es algo que preocupa, y mucho, en las zonas rurales de la Comunidad. Estos animales generan cuantiosos y costosos daños en los cultivos agrícolas y además pueden provocar accidentes de tráfico graves cuando se cruzan en las carreteras, como le sucedió hace unos días a una expedición del equipo de balonmano Bada Huesca. El autobús del club circulaba de noche por la A-23 cuando a la altura de Almudévar irrumpieron varios cochinos en la vía. En un vídeo, se ve a los animales correr frenéticos. Afortunadamente, no se tiene noticia de que causaran algún siniestro.