Un ataque de una banda de decenas de buitres ha principios de esta semana se saldaba con la muerte de un potro de 4 o 5 días de vida que fue prácticamente devorado por las aves necrófagas. Se trata de una explotación ganadera que cuenta con una quincena de equinos, y también ganado ovino, y que se halla en el núcleo de Sartorens, en el municipio de Sopeira, en la Ribagorza. El ganadero propietario, Arturo Fondevila, ya había sufrido ataques anteriores a su rebaño de ovejas saldados con varias ovejas y cabritos muertos. Fondevila destacaba que “no estoy de acuerdo con que no se alimente en condiciones a los animales; los buitres tienen hambre y para comer hacen lo que sea. Antes podían alimentarse de animales muertos y ya está; ahora no tienen alimento y por eso atacan”. Este ganadero puso el hecho en conocimiento de la Guardia Civil.