Profesor de la Universitat de Lleida y uno de los dialectólogos más reconocidos de Catalunya, Ramon Sistac conoce de primera mano la polémica sobre el catalán que se habla en Aragón. Oriundo de Camporrells (Huesca), realizó su tesis sobre las hablas de la sosa de Peralta, enclave en el que confluyen el catalán, el aragonés y el castellano y que refleja la pluralidad que la nueva ley de lenguas de la comunidad vecina ha transformado gráficamente en ‘lapao’ y ‘lapapyp’. Todo ello, asegura, para mantener la hegemonía del español.
Una de las críticas unánimes a la nueva ley de lenguas de Aragón ha sido su falta de respeto por el consenso científico. ¿No hay lingüísticas o académicos aragoneses que conozcan la realidad lingüística de la Franja? La comunidad científica aragonesa se ha expresado al respecto muy claramente, como mínimo la sección de catalán de filología de la Universidad de Zaragoza ya dejó claro el pasado verano que la única denominación correcta es la de “catalán”. Yo creo que en Aragón las personas expertas ya se han manifestado. Personas conocedoras las hay en todos los sitios, simplemente los dos partidos en el poder no han hecho ni caso.
Cuando el gobierno aragonés dice que está defendiendo las variedades locales (el grausino, el tamaritano, el fragatino…) frente a una normalización, ¿esto se podría legitimar de alguna manera?
¿Y por qué no defiende el binefarense? Evidentemente, tiene muy claro que hay una lengua, el castellano, y el resto le resbala. Bueno, de hecho no le resbala, tiene una gran prevención, y es contra el catalán. Yo creo que el aragonés es el “efecto colateral”: la persecución del aragonés es la consecuencia de la persecución del catalán. Cuesta creer que puedan tener prevención contra una lengua como el aragonés, que está en las últimas.
¿Podría ser la víctima mortal de esta ley? Está declarada por la Unesco en grave riesgo de extinción…
Exacto. Son capaces de cargarse el que podría ser el gran signo identitario de Aragón. Todo, en definitiva, por no alterar el estatus del castellano. En todo caso, creo que hay una coincidencia estratégica entre el PAR y el PP. Para el PP esto es una piedra en el zapato, le causa más problemas que otra cosa, pero hay una estrategia de ataque frontal al catalán, no desde Zaragoza, sino desde Madrid.
¿Ha habido interferencia con el proceso de “transición nacional” abierto tras el Onze de Setembre del año pasado?
Seguro. En el caso del PAR la clave es exclusivamente aragonesa. No se puede aceptar que haya hablantes de catalán en Aragón, porque se ve como una cosa externa a la comunidad autónoma. La confluencia de las dos estrategias es lo que ha traído este despropósito. Pero esta concepción del catalán como algo ajeno a Aragón es contrafáctica y ahistórica. El catalán ribagorzano es propio de uno de los dos condados que fundan el reino en el siglo XI.
¿Por qué esta incapacidad para reconocer el catalán como algo propio?
Aragón es una sociedad con una estructura muy vertical: unas clases dominantes muy marcadas, sin una revolución industrial, con una dinámica casi de Antiguo Régimen. Creo que hubo un momento donde
se pudieron dar cambios: el regeneracionismo. De hecho, éste se produce en Huesca, con Costa y gentes que conocen muy bien el aragonés, y en el Bajo Aragón, donde la mayoría de sus miembros eran catalanoparlantes. Pero no consiguieron romper esta estructura de poder.Recientemente, Aragón tuvo por primera vez un presidente catalanoparlante, el socialista Marcelino Iglesias, de la Franja.
Parece que no haya cambiado mucho las cosas…
Creo que tuvo más incidencia en la Franja que en Aragón en general. Sirvió para aumentar el nivel de autoconsciencia y orgullo de la gente. Pero es otro proyecto que de alguna manera fracasa. Aragón es una buena metáfora de España: unas clases dominantes que mandan mucho y unos regeneracionistas que tienen una idea de país, pero que fracasan. El PP finalmente conseguirá la desafección de todos los territorios periféricos.
¿Cuál es la situación real del catalán en la Franja? ¿Han servido para algo los pasos que se habían dado en la ley anterior, de 2009?
No ha servido absolutamente para nada, porque no se aplicó. Desde la Declaración de Mequinenza [de 1984], que se pudo hacer en época del PSOE en el Estado, se consolidó una cierta presencia del catalán en la escuela que se ha ampliado gracias al esfuerzo de los padres. Son dos horas semanales en enseñanza primaria fuera del horario escolar y sin formar parte del currículum. Los padres lo tienen clarísimo…
Casi militancia lingüística.
Militancia, e interés. Si mis hijos con toda probabilidad irán a Catalunya, que estudien catalán Ha habido una doble moral. Hasta los enemigos acérrimos del catalán querían que sus hijos fueran a las clases. Nadie los quiere marginados. En definitiva estamos hablando de los derechos de los hijos, no de los padres. En la escuela de Camporrells, que se mantuvo los últimos años por el cuartel de la Guardia Civil, todos los niños estudiaban catalán. Los argumentos prácticos a veces convencen más que los identitarios.
El próximo día 1 de junio hay convocada una concentración de alcaldes en Mequinenza. ¿Qué capacidad tienen los padres y los municipios contra la nueva ley?
Han cometido un error: en lugar de dejar morir al enfermo de inanición, le han hurgado en la herida. Aunque no lo hayas pedido, cuando te han concedido un derecho, a nadie le gusta que se lo retiren. Creo que eso se les girará en contra. Otra cuestión es la capacidad que tiene la Franja para incidir a la política aragonesa. En todo momento, estamos hablando de aspectos políticos de un tema lingüístico. ¿Qué pueden hacer los gobiernos para intentar no hacer de la lengua un elemento de confrontación?
La receta básica es tener muy claro que una cosa es la lengua y otra la política lingüística. Los gobiernos deben gestionar las políticas lingüísticas. La lengua no es propiedad de nadie y es propiedad de todos. Son patrimonio de la humanidad, como son los bosques, como es el arte. El gobierno aragonés no puede decir nada sobre la lengua, pero sí que puede establecer unas políticas lingüísticas, dentro de la Constitución y de la Carta Europea de las Lenguas. No puede legislar sobre qué lenguas se hablan. Eso es una realidad.
Publicat per “La Manyana” edicio de paper, dissabte dia 25 de maig de 2013